Tres días después de que mi compañera de trabajo muriera, hoy vinieron los hijos a limpiar el escritorio y a llevarse sus cosas personales. En unos días más, otra persona tendrá su puesto y su escritorio. Ningún trabajo es tu vida y no vale la pena desvivirse trabajando tanto. Muchas veces los jefes no lo valoran y otros más ni lo agradecen; y si eres tu propio jefe igual, te mueres y otros más están listos para continuarlo o llevarlo a la quiebra. ¡Dedícate tiempo y sal a pasear! “Somos completamente reemplazables”… por eso trabaja para vivir y no solo vivas para trabajar.
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